En sueños me pediste que te ayude a imprimir
unas hojas. Las necesitabas para estudiar. En realidad querías sacar copias de
un voluminoso cuadernillo que me mostrabas. Yo te dije que eso con tu máquina
no se podía hacer. Vos me dijiste que sí se podía, que te habían dado las
instrucciones. Yo insistí en que no, y llegué a pensar que eras una tonta. En
ese momento llegó tu amigo y le pediste a él. Sin reparos, tu amigo se puso a
sacarte las copias. Recién ahí recordé que hacía poco habías cambiado de
máquina. Ya terminando, tu amigo sacó de entre las copias una hoja con una
pintura, me zarandeó de la corbata y me dijo: “¿esto es arte?”. Yo miré la hoja
intentando pensar. Era un fondo azul mar. Había unos personajes tipo dibujos
animados. Tu amigo me quitó la hoja diciendo, sí, es arte, luego me dio un
empujón amistoso. Es como surrealista, le dije bajito. Luego me acomodé la
corbata y pensé: tengo corbata.