(fragmento poco corregido de una novela poco concluida archivada desde hace algunos años)
Otro jueves inútil. Por suerte ya no me duele tanto la espalda. Qué mierda puedo hacer? Ah si… era que iba a ir a la psicóloga… mmm… no sé… treinta mangos más la obra social, que se vaya a la mierda. Encima tengo que tomar el colectivo, nooo…
Para pedir un turno
¿Cuánto? Pero por qué no me chupa un buebo y la mitad del otro. Esta bien, esta bien, yo hago números y después, cualquier cosa, la hablo. Andá cagar, matasano hija de mil malparida.
Así estuve todo el día vagueando hasta que a eso de las cinco me llamó Jota diciendo que a la noche nos juntemos a chupar unos vinos en Sísifo. Ta bien le dije y a eso de las diez de la noche partí para el barsucho de moda. Ya a esa hora estaba hasta el culo y jota no había llegado ni iba a llegar todavía. Siempre en esos momento me acuerdo que yo soy el pelotudo que siempre llego a horario sabiendo que Jota es un irresponsable de mierda. Por suerte me encontré con Marian, ex de Jota, ex de Mario, ex mía. Una reventada de aquellas pero buena mina, compañera. Estaba sentada en una mesa con la Sole y la Daniela, dos de la calaña de ella. Me senté. Estaban tomando fernet y yo pedí una cerveza (negra para no desentonar). Estuvimos charlando largo rato sobre cosas de minas. Se la pasaron criticando a la pobre novia de Marito, que es una boluda, que no se da cuenta de que la hacen aca (ellas son las artífices por supuesto) y que Mario la debería mandar a la mierda. Y conseguirse una que no sea aburrida. Al rato la Sole y la Daniela se van a otra mesa donde encontraron unos amigos y nos quedamos con Marian solos. ¿Cómo estás? No sé, le dije, tengo tanto lío en la cabeza que la verdad es que no sé. No me extraña en nada eso del lío. Si no tuvieses un lío en la cabeza, no serías vos. O por lo menos no el que yo conozco. Que hija de puta que sos, cómo me conocés. Y como no conocerte, vos la careteas todo el tiempo pero conmigo no podés. Yo sé quién sos, a mi no me podés mentir. Y donde estará el cagador de jota. Para qué me llama si no va a venir. Seguro que se encontró con alguna amante y se metió en un telo. El problema que tenés vos es con las mujeres. Todas te gustan pero no te animás a enceriarte con ninguna, es así, o no? Si… que se yo… hubiese pedido vino pero… el puto de Jota que se vaya a cagar… heee cómo está lleno de minas esto… estará alguna disponible?... pero son más pelotudas éstas que vienen aquí… me debería ir a buscar una buena mina en la biblioteca. Una con anteojitos. Seria. Amable… pero qué digo, eso ahora es imposible. Hoy son todas unas reventadas. Como la supercatólica esa que se coje Marito, supuestamente tiene un novio con el que se guarda para el casamiento, heee, existen esos casos todavía… Vos de novio no durás un año nunca. Cuando tienes que pasar a algo más serio, te cagás y empesás a sabotear la relación hasta que la mina se harta y te manda a la mierda. Acordate que yo no te mandé a la mierda. Hubiese seguido un poco más con vos pero… sos muy cansador. Éste río está lleno de peces y a veces me da la impresión de que son todos el único y mismo pez. Yo mismo soy ese pez que ocupa la totalidad del cause y sin agua y sin corriente… ahh… será por eso que me estoy sintiendo tan estancado, inmóvil. Me estoy creyendo muy gordo y que no dejo espacio para nada más. Es una idea absurda, por qué no pensar que existe infinidad de peces, que yo soy uno más nadando en un interminable río de corrientes desconocidas… porque… ese es el otro extremo… la misma alienación. Y cómo debería pensar entonces?... por eso te dejé por Mario… ha miralo a ese hijo de puta, recién llega con cara de no hice nada bueno, qué calidad. Heee, pero… qué parejita que me encontré… ya sé, están recordando viejos tiempos… Jota pidió otra cerveza negra y después otra y después otra y después no me acuerdo. Nos quedamos como hasta las cinco de la mañana conversando boludeces de minas. La Sole y la Daniela nunca volvieron.
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