le pedí a mi psicoanalista
plata pa las putas
ella me dijo que no
yo le argumenté
que se la iba a devolver
con la guita de un premio
que iba a ganar cuando
presente este poema
(lo cual es una mentira porque
en realidad le dije que no sabía
si se la iba a devolver)
(en ese momento no pensaba
en el poema; pensaba en las putas)
entonces saqué mi cuaderno
y empecé a escribir el poema
éste
ante la mirada rePROvadora de
mi analista
¡dejame! ¡dejame!, le dije
¿no ves que soy un poeta?
y ella me miró con cara de que no
-aquí se termina la cesión- dijo
-llamame cuando te decidas
¿decidirme a qué?
¿y por qué esto es un poema y no un cuento?
cerré mi cuaderno
(mentira, ni siquiera lo había llevado)
(de hecho, hacía rato que había dejado de
ir al análisis)
y salí
fue esa noche (ahora) que me levanté a escribir este
poema
sin plata
sin premio
sin analista
y sin putas
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