Siento Meló que te estoy descuidando.
Las flores robadas en los jardines de Quilmes Meló,
vos sabías,
te acuerdas Meló,
a eso de la cuarta quinta cerveza
las habíamos transformado en adoquines
porque queríamos lapidarnos Meló,
con flores robadas. Y yo te decía, te acuerdas?
que saltemos,
que saltemos el alambrado, pero no,
vos querías seguir tomando Meló.
Entonces, yo ya cansado salto y resulta que vos
estabas a mi lado.
Por eso Meló,
siento que te descuido.
O esas veces
que por no poner fuerte la música
terminamos tirados en el colchón de tabla
soñando con Manco Capac Meló.
Te das cuenta que esto de descuidarte provoca esto.
Esta distancia Meló,
esto de dejarse llevar por esto Meló.
Te das cuenta.
Yo te pongo mi mano Meló en los bordes
turquesas y ya no sé si me voy a caer Meló, pero
date cuenta que no se trata de eso Meló.
Antes, buscábamos la otra orilla,
manotazos, manotazos Meló, y ese miedo de ahogarse,
de no llegar al Otro lado Meló,
o de que te agarre un pez,
o de convertirte en un pez y en algún momento
ser pescado Meló. Imaginate la humillación.
Pero ahora Meló, y por eso te descuido, ahora no sé
qué
decirte
Meló.
Estamos aquí en esta deriva,
en una ausencia de saber Meló,
y no es para tanto.
Las cosas van pasando
Meló,
por eso te descuido,
por eso
siento
que te descuido.
Entiendes
Meló?
entiendes?